Carta a mi hijo sobre la responsabilidad profesional.
CARTA A MI HIJO SOBRE LA RESPONSABILIDAD PROFESIONAL
Autor. C.P. José Luis Elizondo Cantú
Sitio: decsc.mx
Querido hijo:
Hoy amanecí con el deseo de escribirte una carta, sé que hoy no vas a entender su contenido, pero cuando te recibas, me gustaría que la sacaras del cajón de tus recuerdos y entonces estoy seguro que la entenderás. Lo que hoy te escribo es producto de la experiencia de mi ejercicio profesional como Contador Publico, pero sé que te servirá en la profesión que libremente hayas elegido.
Hijo, a veces estudiamos una carrera para la que no tenemos vocación, pero estoy seguro que si te decides a amarla, la amarás más que a tu propia vocación. En mi caso, amo más a la Contaduría Pública que al Derecho, mi vocación.
Antes de ejercer una profesión enséñate a amar a Dios, luego a ti y después a los demás. No esperes a que te amen para amar, te ayudará a no sufrir.
Debes comprender que en la vida hay éxitos y hay fracasos. Aprende a no vanagloriarte por los éxitos ni a sentir depresión por los fracasos, porque en la vida todo es pasajero y nada es definitivo. Hay éxitos que se tornan en fracasos y fracasos que se tornan en éxitos. Deja que las evaluaciones sean las que te adulen y no te conviertan en un soberbio. Tampoco permitas que las críticas te hagan sentir fracasado. Se tu propio centro de evaluación. Evalúate en todos tus actos, pues los demás te pueden engañar y tú puedes engañar a los demás, pero nunca podrás mentirle a tu conciencia, pues sólo ella sabe si estás dando todo lo que puedes en tu cotidianidad.
“Logra siempre un equilibrio en tu vida, no sólo dediques tiempo al trabajo.
De nada sirve tener éxito profesional si no lo tienes en tu vida personal.”
Hijo, los abuelos dicen: «El trabajo no mata, pero las preocupaciones sí.» Así que preocúpate menos y trabaja más. En tu ejercicio profesional aprende a darle fuerzas a tus palabras cumpliendo lo que hablas o prometes, y exige de una manera clara y tranquila lo que te corresponde.
Hijo, en todo tiempo y en dondequiera que estés demuestra tu cultura, tus valores, tu educación. Nunca pierdas el estilo, aunque otros lo pierdan contigo. En el ejercicio profesional actúa con responsabilidad, pero sobre todo, no antepongas los honorarios al espíritu de servicio. «Siembra servicio y cosecharás éxito», es un precepto bíblico.
Recuerda que el cliente –el trabajo- no es nadie, sino de quien lo realiza o presenta el servicio. No te olvides de agregar un poco de buena voluntad y buen intención; de hacer las cosas y ayudar, pues esto a veces es más importante que tener los conocimientos y no querer utilizarlos en beneficio de los demás. Cuando te soliciten un servicio, cumple y da algo más. En el ejercicio profesional es difícil cumplir los tres honestos: Ser honesto, honesto, honesto. Pero creo que en tus tiempos, esto no será una opción sino un requerimiento.
En tu profesión manifiesta el espíritu de superación, actualízate de manera permanente. Apóyate siempre en los avances tecnológicos pero nunca te olvides del sentido humano de las cosas. Una vez que hayas aprendido algo, dedica siempre, aunque sea una mínima parte de tu tiempo a enseñar, pues enseñando es como se aprende mejor. Cuando requieran tus conocimientos, dalos. Despójate de egoísmos, pues es dando conocimiento y no recibiéndolo cuando se tiene mayor desarrollo profesional. Nadie puede pedir si nunca ha dado.
Logra siempre un equilibrio en tu vida, no sólo dediques tiempo al trabajo. De nada sirve tener éxito profesional si no lo tienes en tu vida personal; mantén un equilibrio del tiempo que le dediques a tu persona, a tu familia, a tus padres y a Dios. Cuando sientas que todo te sale mal y que todo está en contra, saca de tu billetera los pequeños detalles que hayan tenido tus hijos contigo. Pues yo, hijo, cuando estoy triste y deprimido saco tus cartitas de niño en las que me decías: « ¡Papi, no puedo esperar ni un minuto más para decirte que TE QUIERO!», y por obra y gracia del Señor me pongo optimista y continuo con mis responsabilidades y con deseos de vencer todos los obstáculos.
Reconoce siempre que si Dios no lo quiere, por nosotros mismos no somos capaces de mover un dedo. Así que debes estar consciente de que todo lo que haces es porque Dios te lo permite. Al amanecer y al anochecer, arrodíllate y agradece al Altísimo por todas y cada una de las bendiciones recibidas.
Hijo, nunca olvides que te quiero. Cuando eras un niño te preguntaba intensamente: « ¿Quién te quiere, quién te quiere?» Y tú me respondías: « ¡Mi papi, mi papi! » Por último, quiero decirte que la historia olvida las palabras, más nunca la magia y la hermosura de los hechos. Deseo que en tu caminar te encuentres cardos, nardos y la sonrisa del Señor.
¡Que Dios nos bendiga!
Felicidades C.P. J.LuisElezondo C. muy hermosa carta, refleja lo que me gustaría decirles a mis hijos y no sabemos como expresarlo.
La voy a compartir con ellos.
Muchas Gracias que Dios lo bendiga
Esta carta la leí junto con mi hijo que cursa el nivel medio superior, y a los dos nos hizo reflexionar mucho.
Gracias
Dios lo siga bendiciendo abundantemente en todo.
Excelente expresión del sentimiento paternal y profesional, q ha plasmado , muchas veces no sabemos expresar el sentimiento y ud lo supo expresar,.
Lo compartí con mis hijos y realmente les gusto
Excelente C.p. Elizondo
Con su permiso, se las voy a presentar a mis hijos, desde luego que dándole los créditos correspondientes a usted.
En hora buena!
Bonita carta, y excelentes consejos para todos los que en ella nos vemos reflejados, Felicidades!
GRACIAS POR LA CARTA , LA TOME COMO PERSONAL !!!
MUCHAS GRACIAS CONTADOR:DIOS LE BENDIGA !!!
SOMOS HUMANOS CON CUERPO, ALMA Y ESPIRITU SIN IMPORTAR LA PROFESION U OFICIO AL QUE NOS DEDIQUEMOS…