El IMSS y la baja patronal imposible ¿una historia falaz? Segunda Parte (final)



Baja patronal imposible ¿una historia falaz?

Segunda Parte (final)

     

"Donde la realidad fiscal supera cualquier fantasía"

:arrow: Fuente: rycc.com.mx 

Queridos y atentos lectores: el día de hoy daremos continuación y carpetazo a esta primera entrega de la serie de ficciones fiscales que cada viernes, salvo contadas excepciones, tendremos a bien hacerles llegar aprovechando el "casual friday".

En la primera parte de esta historia, la empresa cumplida, por parte de madre, concluyó sobre la necesidad de cancelar su registro patronal y a la vez el registro estatal del impuesto sobre nominas, en virtud de las dificultades a las que se enfrentó por falta de una correcta decisión sobre su forma de operar.

Así las cosas, se puso "manos a la obra" con la finalidad de alcanzar su objetivo. Como en el caso de la inscripción, la aventura de la baja inició ante el SAT. De una manera sencilla y práctica mediante el uso del Internet y a través del servicio de actualización de la situación fiscal y después de llenar de nueva cuenta el cuestionario de diagnóstico fiscal logró dar de baja la obligación de retenedor por concepto de sueldos y salarios.

-Vaya que las cosas si están cambiando en materia fiscal, sin siquiera desplazarme a las oficinas de la autoridad ya alcance mi objetivo -pensó mientras su rostro se iluminaba con una leve sonrisa al verse liberado de estas responsabilidades en un "tris"; cuan equivocado estaba.

Con la misma presteza, se dirigió al portal de Internet denominado IMSS desde su empresa (IDSE), capturo su número de usuario y contraseña y seleccionó el archivo de su certificado de firma digital, oprimió el botón de acceso y con gran destreza -todos los emprendedores de la actualidad son ágiles en el ámbito tecnológico, no cabe duda- ingresó al servicio IDSE, ante sus ojos se desplegó el menú de opciones y con paciencia navegó entre todas las alternativas para al final constatar que el sistema no contemplaba alguna opción para solicitar por este medio la baja patronaldebe haber un error, quizá no lo hice con el debido detenimiento, no creo que el IMSS no tenga esa posibilidad en su portal, el SAT sí -musitó con inocencia.

Después de insistir navegando con detenimiento y analizando todas las opciones del sistema, con gran frustración empezó a vislumbrar la nefasta realidad -¿tendré que hacer este trámite en la subdelegación?- se cuestionó incrédulo, inmediatamente tomo el teléfono y marcando el número de asistencia del IMSS confirmó la desagradable noticia, -la baja del registro patronal se realiza en la subdelegación que corresponda en virtud de su domicilio, formato respectivo debidamente requisitado, movimiento ante el SAT, último pago de cuotas obrero patronales, acta constitutiva, poder notarial, identificación del patrón o su representante…- fue la respuesta que obtuvo del centro de atención telefónica.

Cabizbajo y resignado recabo la documentación correspondiente y programó sus actividades del día siguiente para destinar a su visita a la subdelegación el horario de las 9 de la mañana a las 3 de la tarde -si el día de la inscripción patronal me entretuvieron cerca de de cuatro horas y supuestamente tenía cita, no quiero imaginar ahora que no es posible asignarla- comentó a su secretaria como justificación para que reagendara algunas actividades.

Al día siguiente ante el Modulo de Orientación se enteró que previo a apersonarse ante la ventanilla del área de afiliación, tendría que esperar turno en el área de cobranza, esto -con el fin de certificar que no tuviera adeudo alguno- fue la explicación que recibió de la señorita orientadora, la cual le entregó un par de turnos uno para cada ventanilla y sin más se dispuso DICSA a aguardar con paciencia y estoicamente el llamado por medio del "turnomatic".

En esta ocasión ya no se sorprendió del aglutinamiento de tanta gente y ni del monótono pregón de los comisionistas de AFORES, agencias de viaje y financieras, vaya ni siquiera la presencia de un guajolote en su jaula le hubiera asombrado en un lugar tan "sui generis" y poco faltaba para que se diera el caso, pero su animo no se marchitó ni un ápice, estaba completamente decidido a no permitirse ningún exabrupto, tenía la esperanza de salir victorioso en su pretensión.

Después de un par de horas, durante las cuales se enteró, por medio de los lamentos de las demás personas a su alrededor, que compartía la espera con patrones que tenían problemas de vigencia de su registro por falta de pago o localización, se sintió aliviado de haber hecho caso a los amigos empresarios que le advirtieron -en charlas de sobremesa, DICSA era muy dada a obtener información de esta manera- que tuviera pies de plomo con el IMSS porque no se anda con rodeos y sencillamente sin pago no hay prestaciones médicas para los trabajadores quienes ante una noticia así de desagradable, son los primeros en presionar a su empleador para que regularice su situación. Afortunadamente él no tenía ese problema.

Por fin su llamado, se condujo con buen trato ante el funcionario -evidentemente frustrado después de tantos casos- que le atendió, y tuvo la fortuna de haber llevado el expediente de todos sus pagos porque -estimado patrón, aquí en el sistema me aparecen estos adeudos de COP’s de estos períodos- le informó el servidor público al otro lado de la ventanilla, quien después de revisar los comprobantes de pago y solicitar las copias respectivas, certificó la ausencia de adeudo, -listo amigo, aquí es todo, lo que sigue es que le reciban su trámite en la ventanilla del área de afiliación- le reconvino con amabilidad el burócrata. Ante tal trato poco le importo en su animo el haber perdido el otro turno -ya había sido llamado y no pudo atenderlo- y solicitó uno nuevo con bastante optimismo.

Su espera ante el módulo de afiliación fue un poco más prolongada y con filosofía esperó a su llamado -no hay motivo para perder la paciencia, al fin solo es cuestión de dar un último paso- pensó, y en tanto esperaba hacia planes para acudir ante la oficina de la Secretaría de Finanzas Estatal para realizar la última de las bajas, ésta respecto al registro estatal del impuesto sobre nominas, pues recordó -allí también me van a solicitar la baja ante el SAT y ante el IMSS, ambas- lo que le esperaba, maldita Ley de Murphy, que se aplica con bastante regularidad en la materia fiscal.

Por fin su turno apareció en el sistema y con bastante alegría se presentó ante el funcionario del área de afiliación al cual le regaló una inocente sonrisa acompañada de un saludo cordial -buena tarde amigo, resulta que pretendo dar de baja mi registro patronal- y anticipando a su interlocutor le advirtió: -vengo de la ventanilla de cobranza, me sellaron el formato certificando ningún adeudo- antes que aquél le señalara la necesidad de ese primer paso.

El servidor público, con sonrisa fingida, tomo el paquete de papeles que le entregó DICSA, lo analizó minuciosamente en silencio mientras su rostro se iluminaba con una extraña perversidad -mire caballero, apreció que usted es un patrón de la industria de la construcción, necesito que adicionalmente solicite en el área de auditoría a patrones visto bueno para que podamos procesar su solicitud de baja- aturdido, nuestro estoico patrón pregunto: ¿disculpe me podría decir cual es la razón para tal visto bueno?, la temida respuesta: simplemente es una instrucción que nosotros recibimos internamente y como tal se la transmito, yo no puedo recibir su trámite si no viene con la autorización del área de auditoría una sensación de frialdad recorrió su ser producto de la enorme incertidumbre que empezó a sentir ante la necesidad de acercarse a la ventanilla correspondiente al área de auditoría a patrones y solicitarles tal autorización.

-¿Que razón existe para esta autorización? se cuestionó preocupado al respecto en tanto esperaba a ser recibido por el funcionario de auditoría. Toco turno y con angustia dirigió tímidamente su solicitud ante la señorita que ahora le atendía:

-disculpe, del área de afiliación me indican que necesito autorización del área de auditoría para que me reciban esta baja patronal,

-¿es usted patrón de la industria de la construcción? cuestionó la funcionaria sin levantar la vista,

-si en efecto

-¿registro sus obras?, dirigiéndole ya con atención la mirada,

-efectivamente señorita, además presente todos la información oportunamente y ya hace más de seis meses que presente el aviso de terminación sin que en el plazo correspondiente me hubieran solicitado información al respecto

-¿y ya tramitó su finiquito de obra?, interrogó con cierta ansiedad,

-¿finiquito de obra, eso que es?

-bueno debe usted "acercarse" con nosotros para que podamos comprobar la razonabilidad en el pago de sus cuotas con respecto a las obras que realizó

-¿perdón?

-Sí mire: se "acerca" a nosotros, le asignamos un auditor que revisará sus obras y analizará si pago usted correctamente sus cuotas, en caso de existir una diferencia tendrá que cubrirla, con sus accesorios, actualización, recargos y multas y una vez finiquitadas sus obras podemos dar nuestra anuencia para que presente su baja patronal.

Sus ojos esbozaron una mirada de impotencia y atónito respondió: -oiga, pero tengo entendido que eso de los finiquitos de obra ya no existen- recordando sus charlas de sobremesa,

-claro que existen, se trata de comprobar que haya cubierto correctamente sus cuotas- reviró la funcionaria,

-el Reglamento estipula que ustedes tienen un plazo de 90 días hábiles posteriores a la presentación del aviso de terminación de obra para ejercer sus facultades- vaya que recibió cátedra al respecto y solo le había costado una invitación a comer,

que puedo decirle señor, lo cierto es que si no se "acerca" con nosotros para finiquitar sus obras no podemos expedir la autorización para que le reciban su baja patronal.

Su rostro reflejaba la molestia ante tal respuesta, sus mejillas ya hervían al calor de la sangre que las transformo en rojo carmín, sin embargo, tomo aire en apegó a su intención de evitar exabruptos y tranquilo solicito a la funcionaria hablar con su superior, ella se levantó de su asiento y él la siguió con su mirada hasta que ésta estuvo frente al que parecía ser su superior, ambos al hablar, dirigían miradas incomodas hacía su persona, posteriormente "el jefe" utilizó una computadora mientras ella regreso para informarle a nuestro cumplido patrón que en breve sería atendido por aquél.

Todavía desde la ventanilla, nuestro abnegado patrón miraba con recelo al "jefe" que ya le hablaba y  trataba  "hacerlo entender". Y había razón para ello pues el funcionario al otro lado del módulo parecía más un agente del ministerio público o policía investigador de la procuraduría de justicia estatal sino es que hasta "narco", -camisa de estampados poco convencionales a medio abotonar a través de la cual emergía un vello más bien ralo, llamativas alhajas en dedos, muñecas y cuello, no podía faltar el "cinturón de pita" que de hecho no era necesario para ajustar los entallados pantalones vaqueros que portaba tal funcionario bajo su prominente abdomen, que encima de todo evidenciaba, con penetrante olor a cebolla, la "torta" que era evidente consumió o quizá aún estaba consumiendo durante su jornada de servicio y remataba tal estampa un par de botines de charro que sin duda alguna acababan de recibir lustre a conciencia- la misma cantaleta por parte del funcionario pero esta vez aderezada con santo y seña de las obras registradas -era obvio que hizo su tarea frente al ordenador- y las mismas respuestas llegando a las mismas conclusiones, pero esta vez enmarcadas con una sátira sonrisa del "jefe", que para colmo evidenció el diente de oro que adornaba su dentadura complementado su personalidad.

Derrotado, meditabundo, cabizbajo, nuestro patrón cumplido abandono las instalaciones de la subdelegación y con la mirada perdida analizaba sus opciones: -¿qué debo hacer?, si accedo a sus pretensiones y me "acerco" para que revisen  seguramente harán las cuentas a su modo con el fin de obtener algún beneficio, creí que sólo era un mito este proceder, pero ahora queda más que claro que es muy real, ¿solicito hablar con el subdelegado? ¿hasta que punto estará enterado y será parte del  juego?, ahora bien, tampoco puedo acudir a la Secretaría de Finanzas, si no presento la baja patronal, pero que puedo hacer, no quieren recibirla- había intentado por último exigir que se la aceptasen y que posteriormente le notificarán por escrito la improcedencia debidamente fundada, pero al final este era el mundo real, tan lejos y tan cerca de las hipótesis jurídicas.

Pues bien, por el momento dejemos a nuestro cumplido patrón sumido en sus meditaciones y analizando sus alternativas, al final hemos demostrado hasta que punto para alguien sin especialización en la materia y sin los "contactos adecuados" es prácticamente imposible navegar con éxito en ese mar burocrático, lo cual evidencia la enorme complicación administrativa a la que se enfrentan los contribuyentes hoy en día, las cosas han cambiado para bien en algunas instancias, aunque todavía podrían mejorar aún más, sin embargo es evidente que otras dependencias no solo no mejoran, van de mal en peor, el nuevo Reglamento de la Industria de la Construcción proscribió tácitamente la expedición de finiquitos precisamente para evitar estas acciones, que muy lamentablemente se siguen dando…

Conclusión.- En muy contadas ocasiones -sarcasmo-, la Ley se convierte en letra muerta cuando hace frente a la idiosincrasia burocrática…

Hasta la próxima entrega de fisco ficciones


Fin.

FISCO FICCIONES

"Donde la realidad fiscal supera cualquier fantasía"

     

Image: FreeDigitalPhotos.net

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1 comentario
  1. Antonia
    Antonia Dice:

    Excelente artículo… y ahora si cabria mencionar que cualquier coincidencia con la realidad es mera casualidad… jajaja… Reciba un cordial saludo

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