Humildad, solo humildad. Cuando Alejandro Magno conoció a Diógenes.
Cuando Alejandro Magno conoció a Diógenes.
Reflexión de humildad
Autor colaborador:
CPC y MI Juan Gabriel Muñoz López
:arrow: Con TAO Fiscal
Estimado lector:
Corre unas cuantas centurias antes del nacimiento de nuestro Señor, Alejandro Magno, el gran conquistador, señor plenipotenciario de Asia Media y lejana, está encumbrado.
Bajo su liderazgo, provincias fueron beneficiarias de las tradiciones Helénicas, forma de vida, cultura, tácticas militares, en fin, todo lo tenía en la palma de su mano.
Del otro lado de la historia, el sabio filósofo Diógenes, excéntrico, pragmático, desnudo, disfruta de los placeres sencillos de la vida, no tiene ropa, lo cobija su pasión por las cosas sencillas de la vida, podría decirse que era desadaptado social según costumbres de la época antigua y en la moderna seguramente también.
La reunión de los dos personajes de la vida Helénica tiene lugar en un punto de máxima y mínima según lo veamos a los ojos de los mismos, Alejandro todo lo tiene, sus órdenes tienen repercusión en la vida de todos y Diógenes su filosofía y sabiduría lo definen.
Alejandro quiere conocer al sabio griego y la cita con el destino así lo dispone, acto seguido, con arrogancia Alejandro le dice: sabio Diógenes, haz de saber que bajo mi mando, el Asia vive y respira bajó la tradición macedonia y griega, pide lo que quieras de mí, seguro podré darte gusto sin problema alguno.
Diógenes quien desnudo se encontraba tirado en el piso, le espetó: ¡No me tapes el sol, no me dejas disfrutarlo!…
Pues bien estimado lector, ¿cual creen que sería la lección de aquel sabio hacia el conquistador? sencillo: ¡Humildad!
Es conocido que los seres humanos en muchas de las veces nos vanagloriamos en mutuo propio de nuestras hazañas, conquistas, logros y lo gritamos a los cuatro vientos sin darnos cuenta que incurrimos en una actitud pedante, prepotente y que se aleja del gran ejemplo que le propinó el sabio a Alejandro.
Dejemos en la sabiduría de los demás que se reconozca o no el mérito alcanzado. Al final de cuentas, lo que más importa es la satisfacción de dejar huella siendo humildes sin solicitar nada a cambio, de lo contrario, muchos Diógenes modernos seguramente se encargarán de aterrizar nuestros pies nuevamente en el suelo.
Espero que haya sido de su agrado.
CPC y MI Juan Gabriel Muñoz López Consultor
Twitter: @gabriel_fiscal