El arte de mandar sin mandar -Herramienta para consolidar la empresa-





Es natural e indispensable que quien delega no pierda la responsabilidad; pero es altamente improductivo que quien delega tenga que supervisar continuamente. La eficacia de la organización es el reflejo de la eficacia de la supervisión: Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre: La necesidad de la supervisión es única e irrepetible para cada pareja de delegante y delegado. No se debe generar el mismo estilo para todos los supervisados.

La frecuencia de la supervisión influye en la productividad y en la calidad ¿Cómo determinar la periodicidad adecuada para la supervisión? La respuesta es de Perogrullo:

  1. El grado de responsabilidad define la frecuencia de la supervisión.
  2. El grado de dificultad determina la necesidad de la asesoría por parte del delegante.
  3. La capacidad reduce la necesidad de asesoría.

Sin una estadística formal, se puede asegurar que más del 80% de la forma de supervisar se debe al temperamento del supervisor, que antepone su forma de ser al éxito empresarial. No es fácil aceptar estas afirmaciones, generalmente no hay una definida mala intención, pero si un PREJUICIO, casi todas las personas son irresponsables, necesitan una supervisión muy de cerca. Estos comentarios tratan de generar reflexión, esto es, VOLVER A PENSAR…

Leer artículo de forma íntegra en el ICPNL