Laberinto de hacienda pública: MONSTRUO DE LA DEVALUACIÓN




Laberinto de hacienda pública: MONSTRUO DE LA DEVALUACIÓN

Autor: Marco Antonio Aguilar Cortés

Sitio web del autor: marcoantonioaguilarcortes.blogspot.mx

Hoy, podemos parodiar las primeras frases del Manifiesto Comunista publicado en 1848: «Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo»; un espectro se cierne sobre el mundo: es el espectro del frenazo en seco del crecimiento económico mundial».

Y como en los semáforos que dirigen el tráfico en calles y avenidas de todas las poblaciones del planeta, en las vías económicas de algunas naciones se ha encendido la luz amarilla, imponiendo prevención; pero, en otras, el señalador económico ya se encuentra en rojo.

El fenómeno recesivo no es nuevo en los escenarios económicos. Lo novedoso, ahora, será su característica de global, y sus efectos totalmente mundializados, ya que se encuentra por completo intercomunicado el fenómeno económico de todas y cada una de las naciones, debido a la globalización dirigida por los poderosos.

Así que a las enfermedades del sistema capitalista internacional dominante, común para todos, cada país suma sus padecimientos conectados con su propio pasado, presente, y tendencias futuras.

Nadie escapa a eso; y México lo sufre con una oculta vergüenza oficial, pues, al parecer, rebasa la capacidad de los funcionarios del ramo.

Es penoso anunciar, como lo hizo a principios de este año 2015 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Banco de México, el crecimiento de nuestro Producto Interno Bruto en cerca del 5%, para en el transcurso de lo que va del año ir aceptando reducciones hasta llegar a la posibilidad del 1.7%, repitiendo así la similar charada errónea del 2013 y 2014.

pago_efectivo_pesos.jpgDoloroso resulta la devaluación del peso mexicano en la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, de 12.60 por dólar estadunidense, a poco más de 17 pesos.

Por más que se le han inyectado miles de millones de dólares, nuestro peso sigue enfermo, débil, como un mal síntoma monetario de nuestra economía.

Y quien devalúa se devalúa; obligando a la gente a pensar que los problemas de tipo de cambio requieren un cambio de tipo.

Empero, nuestros malestares en el sector económico semipetrolizado no quedan ahí, sino que se resiente la caída del precio internacional de nuestro crudo, lo que nos ha conducido a una cruda realidad de 36 dólares por barril, cuando llegó a estar, en 2012, en 111 dólares.

Lo que hace pensar que nuestra reforma energética suma, a su disputabilidad, lo inoportuno de su llegada.

Además, tenemos los problemas de la deuda pública externa e interna de la federación, deudas de las entidades federativas y municipios, sumadas a la deuda que todo el gobierno tiene con la población respecto a los servicios públicos. Padecemos inseguridad, desempleo, baja productividad, mala educación, y miseria.

No es primera vez que México se encuentra en situaciones críticas. Deberíamos estudiar a fondo, para comprender el hoy, lo que hacendariamente pasó entre 1860 y 1862.

La hacienda pública ha sido un laberinto que tiene a sus monstruos agobiándonos, ahogándonos, y es difícil encontrar a un buen domador patriota.