Nadie defiende a la sociedad de los ‘gasolinazos’




Imagen: caborcaonline.com

No es mi deseo queridos amigos de elconta.com, el ser negativo, o insultante, pero que es lo que pasa con nuestra sociedad, nuestros representantes ciudadanos, a pesar de nuestros reclamos, nuestra inconformidad, nada se hace aqui les muesto este comentario.

ANTORCHA

Por Antonio Payán Gómez

A casi un año de que fueron elegidos los diputados que nos representan en el Congreso de la Unión, resulta difícil de creer que de ninguno de ellos, de cualquiera de los partidos ahí presentes, se ha escuchado la más mínima protesta por el tremendo impacto de los ‘gasolinazos’, ésos que, salvo la falta de memoria social ante los embates del gobierno panista, el propio Calderón en su momento había prometido cuando inició ese incremento que se daría “por una sola” ocasión, pero al gustarle vivir en una nómina y gasto de un país sin crisis y como si fuera de primer mundo, decidió alegremente seguirlo aplicando ya de manera sistemática y mensual.

Y es que, de acuerdo con quienes saben de números, anda ya en más de un 8 por ciento de aumento en lo que va del año, lo que significa otro duro golpe a la economía de los mexicanos, quienes ya le cobraron factura al Gobierno federal a través del pasado proceso electoral.

Este incremento refleja solamente la voracidad de un gobierno federal totalmente insensible ante las quejas de la población, que debe gastar a diario cantidades enormes para poder cargar de combustible el vehículo en que se transportan los ciudadanos y sus familias, o los de aquellas personas que necesitan un vehículo para ganarse el sustento. Y en el costo de los alimentos y servicios, no se olvide que el fleteo hasta Chihuahua del resto del país es aún más serio, porque las distancia son abismales, al estar lejos de todo y de todos: del mar, de centros de producción, etc.

Sin embargo, los legisladores, tanto los diputados como los senadores, permanecen sordos ante éstas y otras demandas de la población, pues tal parece que están todos cortados con la misma tijera o que obedecen a consignas partidistas producto de los acuerdos cupulares.

De otra manera no se entiende cómo nuestros representantes populares no elevan su voz en la tribuna para que se detenga esa alza inmisericorde de los combustibles, o también para que las tarifas de energía eléctrica se pongan al alcance de las mayorías, pues en este país el pobre paga el recibo de luz como si fuera un habitante de un país sin apuros económicos, a pesar de lo raído y desfondado de sus bolsillos.

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