El control interno como elemento clave para el desarrollo de las organizaciones
El control interno como elemento clave para el desarrollo de las organizaciones
LCP. Álvaro Hernández Carrillo
• Comisionado de eventos técnicos del programa IMCP jóvenes Región Noroeste Sector Egresados.
• Miembro de las Comisiones de NIF y NIA del Colegio de Contadores Públicos de Culiacán, A.C.
• Auditor fiscal y financiero en la firma Vega Prieto y Asociados, S.C
Un elemento fundamental en la estructura operativa y financiera de toda organización es el control interno. En un país en donde la normatividad financiera y fiscal se ha venido actualizando y evolucionando constantemente, la implementación de un sistema de control interno sólido es vital para garantizar el cumplimiento normativo, la eficiencia operativa y el buen uso de sus recursos económicos. El Marco Integrado de Control Interno más utilizado y adoptado a nivel mundial es el informe COSO (Committee of Sponsoring Organizations of the Treadway), el cual presentó la primera versión del Marco Integrado de Control Interno en 1992, publicando actualizaciones en 2004, 2013 y su marco actual vigente COSO ERM 2017.
Basada en el Informe COSO, los controles internos se diseñan e implantan con el fin de detectar, en un plazo deseado, cualquier desviación respecto a los objetivos de rentabilidad establecidos para cada empresa y de prevenir cualquier evento que pueda evitar el logro de los objetivos; así como la obtención de información confiable y oportuna; y el cumplimiento de leyes y reglamentos. Los controles internos fomentan la eficiencia, reducen el riesgo de pérdida de valor de los activos y ayudan a garantizar la confiabilidad de los estados financieros y el cumplimiento de las leyes y normas vigentes.
En relación a esta definición, es fundamental entender que, sin importar el tamaño de una organización, es indispensable diseñar y ejecutar un modelo de control interno acorde a los objetivos y obligaciones de las entidades, que incluya a directivos, gerencia y todo el personal involucrado en desarrollo de sus operaciones. El enfoque consiste en diseñar e implementar los cinco componentes del modelo COSO, los cuales, al aplicarlos de manera sistemática permite lograr los objetivos que persigue el control interno mencionados en el párrafo anterior.
Dichos componentes se describen a continuación:
- Ambiente de control: Establecer un entorno ético y profesional desde la alta dirección, asegurando que todo el personal comprenda la importancia de los controles internos, cumpliendo con sus reglamentos y manuales de procedimientos; implementando políticas, así como formulación de programas que contengan metas y objetivos e indicadores de rendimiento, esté tiene una amplia relación en la estructuración de las actividades empresariales, en el establecimiento de objetivos.
- Evaluación de riesgos: Identificar y analizar los riesgos tanto internos como externos que puedan limitar el logro de los objetivos de la organización y proponer alternativas de solución. Este consiste en la identificación y análisis de los factores que podrían afectar el cumplimiento de los objetivos y con base a dicho análisis, determinar la forma en que los riesgos deben ser administrados y controlados; debido a que las condiciones económicas y normativas continuarán cambiando, es necesario disponer de mecanismos para identificar y afrontar los riesgos asociados con el cambio.
- Actividades de control: Implementar políticas y procedimientos que disminuyan riesgos de errores o fraudes, como son conciliaciones, manuales automatizados e indicadores de rendimiento, autorizaciones y verificaciones.
Existen muchas descripciones de tipos de actividades de control, que incluyen controles preventivos, controles correctivos, controles manuales, controles informáticos y controles de dirección.
- Información y comunicación: Asegurar que la información relevante fluya de manera oportuna y eficaz dentro de la organización; así también, es necesario que todo el personal involucrado conozca el papel que le corresponde desempeñar en la organización, además de la comunicación interna, ha de existir una eficaz comunicación externa. Los clientes y proveedores podrán aportar información de gran valor sobre el diseño y la calidad de los productos o servicios de la empresa, permitiendo que la empresa responda a los cambios y preferencias de sus clientes.
- Actividades de supervisión y monitoreo: Realizar evaluaciones periódicas para validar que los controles internos sean efectivos y se ajusten a los cambios operativos o regulatorios, siguiendo la metodología y manuales establecidos; esto se consigue mediante actividades de supervisión continua en el transcurso de las operaciones, incluye tanto las actividades normales de dirección y supervisión, como otras actividades llevadas a cabo por el personal en la realización de sus funciones. El alcance y frecuencia del monitoreo dependerá de la evaluación de riesgos y de la eficiencia de los procesos de supervisión.
Atendiendo estos componentes, y adaptándolos a las necesidades y actividades de cada organización, esta puede desarrollar e implementar un modelo de control interno automatizado que le beneficie de manera significativa al reducir riegos por errores o fraudes, mejorar la calidad de la información financiera, administrativa y operativa, ejecutar sus operaciones de manera más clara y eficiente, realizar una correcta aplicación de la normatividad financiera y fiscal vigente, asegurar que los estados financieros reflejen su realidad económica, garantizando la confianza de inversionistas, accionistas y otros usuarios de la información financiera.
Los principales desafíos que enfrentan las organizaciones en la implementación de un sistema de control interno acorde a sus necesidades, son la falta de cultura organizacional; algunas entidades no le dan la debida importancia al control interno viéndolo como un gasto innecesario en lugar de una inversión.
En algunos casos se debe a la resistencia al cambio en la que el personal involucrado se resiste a los nuevos procesos, especialmente si implican cambios significativos en la forma en que realizan sus actividades diarias, y en otras ocasiones es por recursos limitados, ya que implementar controles robustos puede requerir tiempo, tecnología y personal capacitado, lo cual puede ser un reto para empresas con recursos limitados.
Conclusión
Más allá de los retos a los que se enfrentan las organizaciones en cuanto a la implementación de un sistema de control interno adecuado, son mayores los beneficios que se pueden llegar a obtener, porque un buen control interno más que un gasto representa una inversión que tanto a corto como largo plazo ayudará a la entidad a cumplir sus objetivos. Es por ello que se recomienda priorizar el diseño y fortalecimiento de sus sistemas de control interno, basándose en marcos internacionales como el informe COSO y adaptándolos a las necesidades y actividades su entorno operativo. De esta forma, no solo se protegen contra riesgos por errores y fraudes, sino que también, las catapulta a posicionarse como entidades confiables y competitivas en el mercado actual.
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