La responsabilidad: el principio de un legado de vida y empresarial exitoso
La responsabilidad: el principio de un legado de vida y empresarial exitoso
C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas.
Blog del autor: mariorizo.com
Firma: Salles Sainz Grant Thornton
Twitter: @mariorizofiscal
Toda acción empresarial y personal requiere una actitud responsable que asegure su rendimiento exitoso.
Cada ser humano, sin importar su trabajo u ocupación, se esfuerza por alcanzar mejoras personales con las que, al mismo tiempo, colabora en un entorno compartido. En este ambiente común se desenvuelve, de él adquiere valores, destrezas y un sentido de responsabilidad. El cumplimiento de los cometidos, bajo nociones de corrección y justicia, forman parte de este principio de responsabilidad que debe estar presente en cada aspecto de la vida de los seres humanos.
La responsabilidad es un aspecto de nuestras vidas que nos permite ser autónomos y asumir las consecuencias de nuestros actos; forma parte de aquello que nos hace crecer y madurar. Se trata de una forma de establecer vínculos con lo que hacemos y aprender de nuestros errores, además de crear compromisos con los demás
“El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede”. Jorge Bucay
Un empresario familiar inteligente y sensible comprende el peso que la responsabilidad le da a sus acciones, por lo que la procura como un estandarte preciado. Se menciona en Responsabilidad social en la empresa familiar que este valor es clave para la edificación de un legado, por pequeño o grande que sea. El trabajo realizado de forma responsable es una promesa constante de logros que se mantendrá a lo largo del tiempo. En la siguiente narración podemos ver un poco de esto:
Había una vez un payaso llamado Limón. Era muy divertido, pero también muy descuidado, y con casi todo lo que hacía terminaba rompiéndose la chaqueta o destrozando los pantalones por las rodillas. Todos le pedían que tuviera más cuidado, pero eso era realmente muy aburrido. Decidió comprarse una máquina de coser que lo remendaba todo en un momento, así Limón no tendría que preocuparse por cuidar su ropa. Llegó el día más especial en la vida de Limón, un homenaje por su trabajo. Vestiría muy elegante y todos hablarían bien de él. Pero no tenía ni un solo traje en buen estado. Todos estaban rotos, con decenas de remiendos. Limón lo solucionó presentándose en la gala con su traje de payaso, lo que hizo reír a todos, menos a él mismo que se sentía inconforme. Desde entonces, Limón cuidaba las cosas con el mayor esmero, entendiendo que poner un remedio tras otro no es la manera correcta de solucionar las dificultades, sino asumir el deber con conciencia y responsabilidad.
Eludir la responsabilidad y el cuidado impide prosperar en el desarrollo empresarial; asumir estos valores, sin embargo, permite prolongar el éxito y consolidarlo. Como con Limón, el payaso, no es la solución zurcir los puntos débiles del traje que vestimos a diario, sino comprometernos con su pulcritud para estar listos frente a los desafíos, pero también dispuestos al reconocimiento de nuestros logros.
Para el conocido neurólogo y psiquiatra Viktor Frankl, autor del epígrafe de estas líneas, la responsabilidad es la libertad de elegir las respuestas a las dificultades que la vida presenta, por eso es base de la existencia humana y la convivencia social: “una condición del crecimiento común”, como lo dije hace tiempo en mi libro Todos Ganan.
La responsabilidad fortalece la reputación de una empresa, fomenta vínculos de lealtad y compromiso. Bajo esta consigna, una empresa familiar se sostendrá a largo plazo, en un entorno saludable y será capaz de promover prácticas favorables para la sociedad a la que sirve.
La responsabilidad empresarial no sólo es una cuestión filantrópica, como lo dice Responsabilidad Social Corporativa dentro de las Empresas Familiares: un paso más allá de la filantropía, “Si la empresa se compromete con la comunidad, el colaborador se compromete con la organización y la comunidad se beneficia generando un ambiente de confianza”. Es un trabajo constante en donde se alinean propósitos administrativos, estratégicos y de desarrollo, entre otros más. De esta manera, los empresarios responsables prosperan en el mercado, edificando un legado de largo plazo íntegro y seguro.
La libertad implica responsabilidades, es cierto, pero en dirección opuesta, vivir responsablemente es la libertad de elegir actuar de manera consciente y significativa. “Tus defectos como hijo son mis fracasos como padre”. Richard Harris