Cómo despedir a un empleado de tu empresa. (Sin morir en el intento…)
Cómo despedir a un empleado de tu empresa.
(Sin morir en el intento…)
Edith Gomez
Editora gananci.com
Todo jefe se ve en difíciles situaciones y decisiones a lo largo del día a día. Quizá sea un trabajo menos forzoso en otros aspectos, pero que requiere más que otros una gran atención a los detalles, perspicacia y mucha intuición frente a lo que puede y está por pasar.
Una de las decisiones más complicadas es hablar sobre algo que posee mucha fortaleza e influencia sobre una persona y eso es el despido. Manejar el despido es algo complicado por parte y parte, pues es complicado mantenerse motivado cuando todo parece un desastre.
Pero en esta ocasión te damos los consejos de todo lo que necesitas saber y tener antes de decidir decirle a alguien que lo has despedido, tanto para protegerte a ti, a la compañía y a cualquier relación que pueda existir entre tú y el empleado.
1.- Normas y reglas desde el día nº 1
Es de vital importancia que, si eres nuevo como empresa, compañía, organización o institución, te mantengas protegido por un código que todo el que quiero trabajar codo a codo contigo tiene que seguir y respetas. Es una forma de disciplinar a tus trabajadores.
Más que eso, representará gran parte de tu defensa en casos de demandas leves, considerables o graves que puedan arrastrarte ante un escandaloso juicio.
Esto será tu lumbre ante cualquier vestigio de oscuridad que trate de lanzar en contra de ti cualquier empleado, miembro o representante sindical que trate de arremeter de alguna forma debido a lo que fuere.
2.- Anota cada negligencia laboral
Es muy importante que si piensas despedir a alguien, tengas muy bien documentadas las razones por las que vas a hacerlo (y si no las tienes, empieza a preocuparte) pues es de esta forma en cómo acabarás con la moral con la que podría plantarte cara con un reclamo.
Dicho esto, también te recomendamos que no lo hagas todo a sus espaldas (solo por cubrir un poco más la tuya), si ves que se está dando un mal procedimiento o se está haciendo una práctica o uso indebido de los materiales, herramientas o instalaciones, no dudes en amonestar verbalmente –a solas si lo prefieres- y hazle saber el “por qué” sin olvidar escribirlo.
De esa forma, tendrás más bases para poder defenderte y desmoronar cualquier intento de la otra parte por desbaratar tu defensa.
3.- Nada de dudas
No hace falta que te recordemos que estamos pasando por un momento donde una de las cosas que más se reclama es la igualdad.
Pero lo que sí debemos mencionarte es que, si tienes un procedimiento que debe ser cumplido y que de no ser así, la persona que no lo siga o culmine de la forma indebida deba pagar las consecuencias, por duro que suene, aplica ese concepto.
No estamos a favor de la tiranía, pero lo que se escribe un papel, si es justo, debe cumplirse y si tú eres la primera persona que permite que esa cadena no se continúe por cualquiera que sea la situación, te quedas a expensas de una demanda por desigualdad… sí, así de feo.
4.- Conviértete en Sherlock Holmes
Un “deseo de despido” no es suficiente ni pasa si quiera por ser una razón para pensar en tomar esa decisión. Necesitas pruebas, soporte y documentación que lo amparen.
Incluyendo pero sin limitarte a: entrevista con sus supervisores y encargados del departamento en que se supone desempeña su labor, la opinión individual de cada uno, reportes que indiquen baja productividad y eficiencia, entre otras cosas.
Aunque estos últimos puedan verse cada uno como opiniones muy subjetivas, cuando posees todas y cada una de estas, tienes todas las cartas a tu favor.
5.- Haz que la ley sea tu aliada
Recuerda que por encima de todos, las leyes y regulaciones protegen en mayor extensión y medida al trabajador en vez de al empleador, que es de hecho quien posee más responsabilidades y obligaciones.
Si la razón del despido que has planteado puede llegar a parecer como si no fuere suficiente o un poco hueca, fácilmente un trabajador podría atribuir que es discriminación racial, por su inclinación u orientación sexual o cualquier otro hecho que podría causarte problemas.
6.- ¿Eres consciente de tus faltas?
Como te lo mencionamos antes, no basta con que tomas nota mental o por escrito de todos los fallos que podrían justificar el despido dentro de tu compañía, necesitas hacerle saber al empleado que los está teniendo y que estos lo perjudican en gran medida.
Más que eso, si te es posible, para que quede constancia de tu notificación a este individuo o individuos, haz un acta que contenga todos los llamados de atención y con sus firmas incorporadas dentro de este, indicando que es cierto y están conformes con las sanciones que le sean aplicables.
7.- No lo hagas a escondidas pero sí a puerta cerrada
Ser despedido es algo que a ninguna persona llega a gustarle, por ello, si ya esta persona recibió su segundo chance por tu parte y las cosas no mejoraron o solo lograron ponerse peor, es hora de darle un breve y honrado final a la relación de trabajo.
Mantén a los curiosos alejados y haz que uno de sus supervisores o el gerente de área encargado esté junto a ti a la hora de oficializar el despido.
8.- No endulces el discurso
Es mejor hablar sincera y claramente, colocando lo puntos sobre las íes para evitar mal entendidos.
Trata de ser lo más preciso que puedas. Cuando se trata de despido, la persona se lo espera y tampoco requiere de grandes explicaciones si seguiste los anteriores consejos.
9.- Lávate las manos
No malinterpretes esto, nos referimos a finalizar el vínculo como es debido de forma que no haya o exista ningún punto del que el trabajador pueda aferrarse a un reclamo o demanda.
A veces a cada empleado le hacen falta unas palabras para encontrar su pasión cuando se siente perdido. Trata de ser comprensivo o al menos compasivo en ese sentido.
Edith Gomez
Editora gananci.com
Igualmente, con la debida cortesía; este artículo es uno de los más ridículos que he visto en mi vida. Es decir; este tipo de situaciones legales y fiscales que implican el despido (justificado, injustificado) no son como para enunciarlas y colocarlas en internet como si fuera una revista para niñas de 15 años, en las que te dicen qué pero nunca cómo. Es una verdadera ofensa para este blog que se permitan este tipo de publicaciones. Se les pide mucha seriedad. Se puede permitir el lenguaje coloquial, pero hay que ser más objetivos.
Con el debido respeto al autor de la publicación, falta toda la parte legal, pues más que de un despido, el cual no tiene justificación y tiene una gran diferencia en cuanto al derecho de percepciones que le corresponden al trabajador; aquí se refieren a una rescisión de contrato, conocido normalmente como despido justificado, el cual, si no se cumple a cabalidad con la documentación puntual que exige la ley, será considerado como injustificado, con las sanciones correspondientes al patrón.
Me parecen bien estos consejos, pero desde mi punto de vista, son adecuados, cuando el único que esta haciendo las cosas mal es el trabajador; y cuando el patrón se desempeña en forma objetiva, con ética y pensando solo en el beneficio empresarial.
En resumen, aplica cuando el patrón es el bueno y el empleado o trabajador es el malo.