Consejo de Administración: Pilar para un futuro sostenible de la empresa familiar



Mario Rizo

Consejo de Administración: Pilar para un futuro sostenible de la empresa familiar

 

Por: C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas

Blog del autor: mariorizo.com
Firma: Salles Sainz Grant Thornton

Twitter: @mariorizofiscal

 

 


En un entorno empresarial cada vez más desafiante, el Consejo de Administración guía a las empresas hacia un futuro sostenible. Profesionalismo, colegialidad y diversidad son esenciales para su buen funcionamiento. Descubre cómo su influencia puede definir el rumbo de la empresa.


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El Consejo de Administración desempeña un papel crucial en definir el rumbo a largo plazo de la empresa y en asegurar su sostenibilidad. Este órgano de gobierno no solo supervisa y controla, sino que también es el guardián de los intereses de los accionistas, asegurando que las decisiones tomadas hoy garanticen un mañana próspero.

Como menciona Josep Tàpies, profesor emérito de Dirección Estratégica del IESE, “El Consejo construye la empresa del mañana a partir de las decisiones que toma hoy.” Este enfoque estratégico y de largo plazo es lo que diferencia a un Consejo de Administración eficaz, capaz de guiar a la empresa hacia el futuro deseado.

Dirigir no es ejecutar, y gestionar no significa definir el rumbo de la empresa. Estas son responsabilidades diferentes dentro de una organización, y confundirlas puede poner en riesgo la sostenibilidad y el futuro del negocio. Entonces, ¿cuáles son las funciones específicas de la dirección general y cuáles corresponden al Consejo de Administración?

La dirección general tiene un amplio abanico de responsabilidades que incluyen planificar actividades, producir bienes y servicios, liderar equipos y guiar al personal de la organización. Su meta principal es generar valor para propietarios, accionistas, empleados y la sociedad en general.

Por otro lado, el Consejo de Administración tiene la responsabilidad de establecer el rumbo corporativo y alinear los intereses de los socios con el bienestar del negocio. Esta es la esencia del buen gobierno corporativo. Mientras que la dirección general decide cómo se hacen las cosas, el Consejo determina qué se debe hacer y quién debe hacerlo. La primera es una misión técnica; la segunda, una tarea estratégica, y ambas son imprescindibles para el éxito de la empresa.

Las 10 funciones clave del Consejo de Administración

La agenda de un Consejo de Administración se centra en cuatro áreas principales: estrategia, políticas, recursos y control. Dentro de estas áreas, el Consejo debe aportar el máximo valor a la empresa a través de las siguientes funciones:

1.- Definir la misión de la empresa

El Consejo debe asegurarse de que los propietarios han establecido una misión clara y que esta se refleja en objetivos que la dirección puede asumir.

2.- Establecer el carácter de la compañía

Al decidir cómo se alcanzan los objetivos, el Consejo también define el tipo de empresa que se desea ser.

3.- Orientar la estrategia

El Consejo aprueba las estrategias generales propuestas por la dirección, que será la encargada de ejecutarlas.

4.- Nombrar, evaluar y remover a la alta dirección

Es vital que la empresa cuente con las personas adecuadas en los puestos clave. Por ello, el nombramiento del director general es una de las principales tareas del Consejo.

5.- Supervisar y controlar la gestión

El Consejo debe monitorear y apoyar a la alta dirección en temas relevantes, evaluando su desempeño y proporcionándole retroalimentación.

6.- Proteger el futuro a largo plazo de la empresa

Identificar los principales riesgos y oportunidades de negocio para asegurar la sostenibilidad de la empresa.

7.- Tomar decisiones estratégicas

El Consejo aprueba presupuestos, define inversiones y establece prioridades de actuación para garantizar la sostenibilidad financiera y estratégica de la empresa.

8.- Promover la cultura corporativa

El Consejo tiene la responsabilidad de fomentar una cultura organizacional que refleje los valores y la ética de la empresa, asegurando que todos los colaboradores se alineen con estos principios.

9.- Garantizar la transparencia y la rendición de cuentas

El Consejo debe asegurar que se mantenga una comunicación abierta y transparente tanto dentro de la organización como con los accionistas y otras partes interesadas. La rendición de cuentas es clave para mantener la confianza y la integridad en la gestión.

10.- Asegurar la sostenibilidad y responsabilidad social

El Consejo debe garantizar que la empresa no solo sea financieramente viable, sino que también actúe de manera responsable con la sociedad y el medio ambiente. Esto implica establecer políticas que promuevan la sostenibilidad, la ética y la responsabilidad social empresarial, asegurando que las operaciones de la empresa contribuyan positivamente al entorno en el que opera y respeten los principios de gobernanza responsable.

¿Cómo ser un buen consejero?

Ser consejero de una empresa ya no es solo un honor; es una responsabilidad profesional que requiere experiencia y preparación. La profesionalidad debe ser el principal criterio al elegir consejeros. Un buen consejero debe tener competencias técnicas en áreas clave, además de disponer de tiempo para estudiar los temas a tratar y preparar adecuadamente las reuniones.

Cada consejero, ya sea patrimonial, independiente o relacionado, debe ser consciente de que el Consejo es un órgano colegiado, y todos comparten el mismo objetivo: asegurar la sostenibilidad y rentabilidad de la empresa. Para lograrlo, cada miembro debe aportar sus capacidades específicas, pero trabajando en conjunto.

No hay que olvidar que los Consejos y sus miembros tienen responsabilidades legales y pueden enfrentar consecuencias si incurren en malas prácticas. Una mala actuación puede acarrear riesgos financieros graves y poner en peligro la sostenibilidad de la empresa.

El presidente del Consejo: Un director de orquesta

El buen funcionamiento del Consejo depende de los consejeros, pero especialmente del presidente, quien actúa como un director de orquesta. Su labor es lograr la armonía entre todos los miembros del Consejo.

Al igual que dirigir una orquesta, dirigir un Consejo es un proceso colectivo y dinámico. Es una tarea difícil, ya que los resultados dependen de cómo reaccionen las personas ante las ideas y temas presentados. De hecho, una de las mayores contribuciones del presidente es conducir eficazmente las sesiones del Consejo y asegurarse de que todos los consejeros aporten valor.

El rol del presidente es dirigir el Consejo, no solo representar a la empresa. Debe asegurarse de que el Consejo funcione bien y sea útil, creando un entorno abierto y participativo. Su estilo de liderazgo y toma de decisiones son clave para el buen funcionamiento del Consejo.

Para ejercer sus funciones correctamente, el presidente debe ser organizado, tener capacidad de liderazgo y coordinación, ser capaz de alcanzar consensos y tener un enfoque práctico para implementar las decisiones tomadas. La relación entre el presidente y el director general es crucial para el valor que el Consejo pueda aportar a la empresa.

La paradoja del Consejo de Administración radica en que, aunque sus miembros no están involucrados en la operación diaria, sus decisiones son las que, en última instancia, determinan el éxito o fracaso de la empresa. Mientras más distante parece estar el Consejo de la acción cotidiana, más influencia tiene sobre el destino de la organización. Así, el Consejo debe ser el ojo vigilante que, desde su posición estratégica, asegura que la empresa avance con pasos firmes hacia un futuro sostenible.


El Consejo de Administración no solo supervisa, sino que construye el futuro empresarial a través de decisiones estratégicas que trascienden el presente.




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