Ya te pusiste a pensar ¿Cuánto vale el negocio familiar?





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¿Cuánto vale el negocio familiar?

Autor: C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas

Blog del autor: mariorizo.com

Firma Salles Sainz Grant Thornton


Digamos que el fundador ha determinado que es momento de pasar la estafeta. Algunos de sus hijos quieren quedarse, pero otros no. Estos últimos quieren vender sus acciones y dedicarse a otra cosa. Entonces, suceden las siguientes preguntas. ¿Cuánto valen esas acciones? ¿Quién decide cuánto deben valer?


Una de las principales razones por las que las empresas familiares no sobreviven a los cambios de generación se debe a que, la mayoría de las veces, los hijos no comparten los mismos intereses, ni el compromiso ni la visión que sus padres tuvieron al momento de crear la compañía. Cuando el fundador o los fundadores se retiran del negocio que vieron nacer y crecer, normalmente éstos buscan ceder a sus hijos la propiedad de la empresa y, en ocasiones, la dirección de la misma.

Sin embargo, no todos los hijos están interesados en involucrarse en la inversión, la dirección, la operación y la continuidad del negocio. Es en casos así cuando ellos mismos deciden vender su participación, lo que lleva a la siguiente problemática: algunos propietarios quieren vender; otros quieren retener su participación y comprar la de los otros. Difícilmente, ambas partes lograrán ponerse de acuerdo sobre una cosa fundamental: el justo valor de la empresa.

Estableciendo una medición objetiva del valor de la empresa

Negociaciones de este tipo siempre existirán, pero la fricción que se suscita entre sus partes puede disminuir, e incluso evitarse, si la forma de proceder ante este tipo de situaciones queda estipulada en el protocolo familiar. Con ayuda de criterios concretos y métodos objetivos de valuación de acciones (que, dicho sea de paso, den preferencia a los herederos que deseen comprarlas, para permanecer como propietarios), crearemos un proceso justo, saludable y exento de riñas innecesarias.

Por otro lado, ¿qué pasa cuando ninguno de los herederos tiene intenciones de seguir en el negocio? En este escenario también pueden presentarse dificultades para darle un valor a la empresa. La manera de protegerse ante este contexto es creando métodos de valuación aceptados por todas las partes (o preestablecidos por el fundador), con el objetivo de fijar un precio de referencia que pueda ser utilizado para ofrecer la empresa a un tercero.

Los ejemplos anteriores se han presentado en algunas de las empresas familiares que he atendido durante mi experiencia profesional. Quise citarlos por dos razones importantes: primero, para reafirmar la necesidad de que todo negocio familiar debe contar con un protocolo familiar, en el que se establezcan todos los criterios y mecanismos necesarios para garantizar la correcta transmisión de propiedad, dirección y operación, así como el proceso de sucesión. Esto ayudará grandemente a garantizar la continuidad de la empresa. La segunda razón es mi interés por enfatizar en que es fundamental que existan acuerdos aceptados anticipadamente por los propietarios, de manera que el proceso de valuación sea correcto y justo, y no obedezca a intereses parciales.

¿Te has puesto a pensar en cuánto deberías pagar o cobrar a tus hermanos, primos, familiares o terceros, si quieres comprar o vender las acciones de tu compañía? ¿Qué harías si mañana alguien te ofrece una suma importante de dinero por tu negocio? ¿Cómo saber si dicha suma corresponde a un valor de mercado justo y razonable de la empresa? Preguntas como éstas son las que nos muestran la importancia de que la familia empresaria cuente con un marco de referencia para poder tomar una decisión. Dicho marco será construido con base en los criterios y métodos de valuación sugeridos por la administración, en conjunto con contadores y asesores externos especializados en el área, y en común acuerdo por los accionistas.

Prever en tiempos de fortuna, para hacer frente a la adversidad

Recuerda que la oportunidad facilita el proceso de toma de decisiones. Si todo se encuentra documentado y previamente pactado por las partes interesadas, se evitarán inconvenientes y, sobre todo, la armonía familiar se mantendrá intacta.

Recordemos entonces que el objetivo final de incluir una metodología de traspaso de la propiedad en el protocolo familiar es ayudar a que un miembro de la familia pueda traspasar su parte del negocio a otro familiar (o a un tercero independiente) de manera transparente, y evitando conflictos familiares.

Para iniciar dicho proceso de traspaso, es importante reunir a los miembros del Consejo de Familia de la primera generación, para que, primeramente, se les comuniquen las intenciones del líder fundador en cuanto a este proceso. Posteriormente, deberán presentárseles ideas y opciones para resolver este tema. Por ejemplo: una repartición por igual del porcentaje que se desea enajenar entre los miembros actuales de la compañía; venta a terceros independientes; o, si las finanzas de la empresa lo permiten, hacer un reembolso de capital al accionista que no desea continuar formando parte del negocio.

Lo más sensato es darle la oportunidad al miembro de la familia que desee vender su participación para que presente una oferta, la cual deberá ser valorada por el Consejo de Familia. Es muy recomendable darle prioridad para la compra a los accionistas actuales o a otros miembros de la familia; ésta es una forma de asegurarnos de que el patrimonio continúe en la familia, la que normalmente comparte la misma visión y valores.

Antes que nada, el protocolo familiar deberá definir la metodología de valuación adecuada para, en dado caso, llevar a cabo el proceso anteriormente expuesto. Cabe destacar que, siendo que la mayor parte de los negocios familiares son empresas privadas, las metodologías de valuación que se les aplican toman en cuenta los flujos de efectivo proyectados de la empresa, para efectos de conocer su valor de mercado, así como su patrimonio. Por esta razón, es muy importante contar con la asesoría de un perito valuador especializado, para asegurarnos de que el valor que se le dé a la empresa esté dentro de los parámetros del mercado. El caso de las empresas públicas es un poco más fácil en ese sentido, pues se puede tomar en cuenta la cotización bursátil de la acción y las diferentes razones bursátiles (múltiplos) manejadas en las empresas de la misma industria.

Asimismo, es importante contemplar los efectos fiscales y legales de la venta de acciones o, en su caso, el reembolso de capital, para evaluar la mejor alternativa que nos permita optimizar el pago de impuestos, así como recibir, por parte del familiar que vende, la mayor cantidad posible por su propiedad (y, para el comprador, ahorrarle costos adicionales).

Cabe mencionar que, según Top Publications S.A.C., en México solamente el 10.4 por ciento de las empresas familiares cuentan con un protocolo familiar (o se encuentran en proceso de redactarlo). De esto podemos deducir que la mayoría de las empresas en México tampoco ha definido el tema de cómo valuar su empresa y, por lo tanto, su patrimonio. Aunado a ello, cabe destacar que muchos empresarios no se han preocupado por este tema, pues no se les ha ocurrido que la transmisión de la propiedad entre familiares pueda ser causa de conflictos, o tal vez esta cuestión no se encuentra entre sus prioridades actuales, y por ello su renuencia e indiferencia hacia el tema de la institucionalización.

Es necesario que el fundador tome la iniciativa para poner en orden la empresa familiar, pues lo que se encuentra en juego es el legado de su patrimonio. Además, el fundador debe inculcar en su familia el aprecio por la empresa, misma que es fuente de riqueza y que los ha llevado a la prosperidad.

No tiene sentido tener un patrimonio si no se busca cuidarlo e incrementarlo. Recordemos que la finalidad de generar utilidades es hacerlas llegar a más miembros y más generaciones de la familia, y saberlas administrar. Por ello, siempre debemos tener en mente (y claro, también por escrito) e informar de manera transparente qué sucederá al momento de requerir un cambio de estafeta.

Hay que tener presente que “la unión de la familia no se mide por el número de miembros, sino por la unión que hay entre ellos”. De la misma forma, el valor del patrimonio no se mide por el número de bienes, sino por el buen uso, la eficiencia en su manejo y el mantenimiento y crecimiento del mismo.

Como mensaje final, quisiera compartirles la siguiente reflexión, pensada para fundadores y herederos: la empresa tiene como objetivo principal la eficiencia y la generación de utilidades, en tanto que la familia tiene como finalidad la armonía, la unidad y el bienestar de sus integrantes. Hagas lo que hagas, hazlo bien. Abraham Lincoln

C.P.C.  y M.I.  José Mario Rizo Rivas | Socio Director Oficina Guadalajara

Salles, Sainz – Grant Thornton, S.C.

Niños Héroes 2971 | Col. Jardines del Bosque | 044520 | Guadalajara, Jalisco México

T +52 (33)3817 4480,  +52 (33) 3642 1290 Ext 128 | F +52 (33)3817 4136

E [email protected] | W www.grantthornton.com


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